Jugando con la Ricoh GRIIIx

Girona, abril de 2025. Primeras impresiones con la Ricoh GR IIIx.

He caído, lo reconozco. He sucumbido a la camarita compacta APS-C que promete diversión y calidad a los forofos del callejeo. 

Tengo un equipo fotográfico que he ido puliendo y adaptando con el tiempo que me gusta mucho. Lo disfruto, me proporciona lo que quiero, y es más que suficiente ahora mismo. El problema, para mi importante, es su peso y volumen. Es un equipo para salir a hacer fotos, no para llevar encima por si hay ocasión de tomar alguna foto. No sé si me explico bien, aunque pienso que muchos (y muchas) me entenderéis porque os sucede lo mismo.

Llevaba un tiempo mirando opciones y alternativas, pero no encontraba lo que buscaba, y sinceramente, no soy una persona demasiaso fan de estar al corriente de las novedades y modas en fotografía. Ni tengo tiempo para ello, la verdad. Cuando algo me gusta, no me planteo buscarle sustituto, y eso es algo que podría aplicarse a todo en mi vida ;).

Al lío. Di por casualidad con la Ricoh GR III, que cumplía con muchos de los requisitos que buscaba: un buen sensor que me diera la nitidez que necesito y un tamaño realmente compacto. La distancia focal no era con la que me siento más cómoda, lo que era un handicap importante. Entonces descubrí que existen dos versiones y que una de ellas sí tiene los 40mm con los que me gusta trabajar: la Ricoh GR IIIx. Bendita equis. 

No es una cámara perfecta ni mucho menos, de eso también hablaré. Pero cumple con la mayoría de cosas que para mi son importantes: tamaño, distancia focal adecuada, estabilización, autofoco muy correcto (pese a algunos comentarios que sugieren lo contrario, me ha parecido más que correcto y preciso), nitidez, facilidad de uso, buena conectividad. Quería una cámara diferente, para cosas diferentes, para divertirme sin autoexigencias y, sobretodo, para llevarla siempre en el bolso.

Finalmente, el sábado pude callejear un rato con ella por Girona. La luz parecía que no sería favorable pero tuve momentos de tregua en los que pude probarla con grandes contrastes, con contraluces incluso. 

Soy zurda. ¿Y por qué digo esto si siempre lo he sido y he tenido que adaptarme toda la vida a un mundo pensado solo para diestros? Pues porque la cámara es tan pequeña que hay que usarla con una sola mano: la derecha, como no. Intenté sin éxito apañarmelas con la izquierda, ponerla de lado… pero desistí. Siempre tengo ese problema, pero con cámaras más grandes uso las dos manos y consigo un poco más de control. Ahora tengo un nuevo desafío por delante, y he de reconocer que me fastidia y me fascina a partes iguales :). 

A lo que iba, cogí la cámara de mi bolso (que feliz iba sin mochila!), la fijé a la muñeca y empecé a caminar pasando totalmente desapercibida y disparando a todo lo que me apetecía, muchas veces sin mirar a la pantalla. Hemos venido a jugar, no? Pues juguemos. Pausa para revisar las fotos y oh sorpresa, enfocadas en un 90% o más. Increíble. Otra sorpresa es que fundí la primera batería en un rato relativamente corto… vaya. Consejo: hacerse con un kit de dos baterías más. 

Era momento de probar los perfiles de color de la Ricoh y me lancé directamente a por el blanco y negro más hard. Debo reconocer que iba sonriendo por las calles, disfrutando el hacer fotos como hacía tiempo que no lo hacía. Y eso para mi es el mejor termómetro. No me importan las características técnicas, los detalles puristas, los números, los rangos dinámicos. Me importa, y mucho, disfrutar. Incluso más que el resultado. Que, por cierto, no es el mejor de mi vida la verdad. Pero en ningún momento fue por culpa de la cámara. Fue por mi “diestrez” obligada, me costaba encuadrar y salieron fotos absolutamente bizarras, pero que tienen también su gracia. Algunas incluso tienen un rollo chulo, diferente.







Todas las fotos están tomadas con el perfil Hard BW de la cámara, sin retoque.

En conclusión, y resumiendo, me ha gustado la cámara. Me encanta su discreción, es rápida y precisa enfocando (lo es, no estamos poniéndola a prueba en un rally ni en condiciones extremas, hay mil cámaras mejores para ese propósito), los Raw son de muy buena calidad, los JPG salen casi terminados si no eres un fan del HDR, y pese a ser una compacta se nota que no tienes en las manos una cámara de juguete a la que le han inflado el precio. Mejorable, por supuesto, el tema de la batería. La pantalla en situaciones de mucha luz te deja casi disparando a ojo de buen cubero, pero es algo que se podría solucionar incorporándole un visor (hay varias opciones disponibles). El tema del (no) sellado asusta y mucho, pero el tiempo dará o quitará la razón a las opiniones sobre esto. Pienso que es una cámara para un fotógrafo que ya tiene un equipo que le da la calidad que necesita cuando trabaja o sale a hacer fotos, y que quiere una cámara sin más complicaciones que meterla en el bolsillo y darle al click cuando ve algo que le motiva. Sabiendo, eso sí, que la calidad de las fotos obtenidas será muy notable y que para nada es igual que tomarlas con el móvil. 

(Nota: editaré el post si considero importante añadir o rectificar estas primeras impresiones)


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